viernes, agosto 26, 2005

Calle del Angel

Comprobar que los domingos de invierno son iguales en otras ciudades calmó un poco mi melancolía. Giré en la calle del Angel, gris y humedad, foto blanco y negro, olor a siglos pasados, pesados. Te descubrí caminando, sola y solo, desprovisto de canción, falto de palabra, imperdonablemente triste. Garúa cruel que llora el barrio Gótico, sin el calor de lo conocido, adrenalina de lo nuevo, esperando el zarpazo por sorpresa. Fuimos hasta el Roma, sobre el Paseo de Gracia, algo menos gris, con costura paqueta, bordado, surfilado a mano. Tomamos café tras café, cigarrillo a cigarrillo. Hablamos de cualquier cosa entre idiomas conocidos y manos en el aire. Escribimos números, mails. saludamos y nos fuimos. Yo al tren, estación Sans. Vos, no se quizás volviste a tu país donde hablar es más fácil, donde el tocar no te duele. A veces me acuerdo, cuando estoy solo no tanto de vos, sí de tu acento, te escucho. El ángel nos cuida.

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