viernes, agosto 26, 2005

Tal vez la casa resultaba chica

Tal vez la casa resultaba chica, Pañuelito de amor, nidito cuadrado. El tiempo se encargó de hablarnos, De decirnos lo que no queríamos escuchar. De las miradas ciegas, de los escasos placeres. La comida fria sobre el plato azul. Inventábamos rincones para escaparnos, Hablar de cualquier cosa, compartir nada. Las alegrías mínimas ya se nos habían ido, Después, casi al final, se fueron los sueños. Recordá, remontábamos todas las mañanas Un barrilete sin viento ni cordel, Un pobre espectro desconsolado. La casa era chica y nosotros también. Nos alcanzó la angustia y no supimos qué hacer. No pudimos echarla más. Entonces la hicimos cómplice de nuestro fracaso, De nuestro sin sabor, sin valor. Quiero pedirte perdón por no saber, Por haberte amado tanto y ya no, Por las horas que ganamos de la mano Caminando hacia la nada, hacia nuestro lugar Con nada. Nuestra pequeña casa está llena Y ya no tenemos lugar para nosotros. Fuimos los únicos entre todas las cosas En no saber o no querer ocupar nuestro espacio. Tal vez nunca lo quisimos.

No hay comentarios.: