miércoles, agosto 16, 2006

Mudanza

Después de algunos inconvenientes en el diseño de esta página decidí mudarme a: http://eliseoparker.wordpress.com Salutte Eliseo Parker

Un regalo bien Oliverio

Para el día del Niño entre el grupete (como dice Vero) de amigos, surgió la idea de regalarnos poemas. Yo pedí del gran Oliverio Girondo y este me lo envió mi amiga Noe R. Gracias a todos. TODO ERA AMOR! ¡Todo era amor... amor! No había nada más que amor. En todas partes se encontraba amor. No se podía hablar más que de amor. Amor pasado por agua, a la vainilla, amor al portador, amor a plazos. Amor analizable, analizado. Amor ultramarino. Amor ecuestre. Amor de cartón piedra, amor con leche... lleno de prevenciones, de preventivos; lleno de cortocircuitos, de cortapisas. Amor con una gran M, con una M mayúscula, chorreado de merengue, cubierto de flores blancas... Amor espermatozoico, esperantista. Amor desinfectado, amor untuoso... Amor con sus accesorios, con sus repuestos; con sus faltas de puntualidad, de ortografía; con sus interrupciones cardíacas y telefónicas. Amor que incendia el corazón de los orangutanes, de los bomberos. Amor que exalta el canto de las ranas bajo las ramas, que arranca los botones de los botines, que se alimenta de encelo y de ensalada. Amor impostergable y amor impuesto. Amor incandescente y amor incauto. Amor indeformable. Amor desnudo. Amor amor que es, simplemente, amor. Amor y amor... ¡y nada más que amor! O. Girondo.

lunes, agosto 14, 2006

Escuchar a Pablo

Hace tanto que no releía a Neruda. Releer es para mi leerlo nuevamente, es como escucharlo, porque siempre encuentro cosas nuevas,porque siempre descubro REINAS nuevas. Vos sabés a lo que me refiero. Salutte Eliseo Parker ha vuelto!!!!! LA REINA Yo te he nombrado reina. Hay más altas que tú, más altas. Hay más puras que tú, más puras. Hay más bellas que tú, hay más bellas. Pero tú eres la reina. Cuando vas por las calles nadie te reconoce. Nadie ve tu corona de cristal, nadie mira la alfombra de oro rojo que pisas donde pasas, la alfombra que no existe. Y cuando asomas suenan todos los ríos en mi cuerpo, sacuden el cielo las campanas, y un himno llena el mundo. Sólo tú y Yo, sólo tú y yo, amor mío, lo escuchamos. Pablo Neruda.